El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona ha captado la atención de Argentina y del mundo, no solo por tratarse de uno de los íconos más grandes del fútbol, sino también por las controversias que rodean las decisiones médicas tomadas en sus últimos días.
En el centro del debate se encuentra el neurocirujano Leopoldo Luque, quien fue el médico de confianza del astro y está imputado junto a otros profesionales de la salud por el delito de homicidio simple con dolo eventual. Las declaraciones de varios médicos en el juicio han puesto en tela de juicio las decisiones de Luque, especialmente en relación con la operación del hematoma subdural que se le realizó a Maradona y los estudios que el médico rechazó.
En la décima audiencia del juicio, cuatro médicos del Sanatorio Ipensa de La Plata, donde Maradona estuvo internado en noviembre de 2020, declararon que el hematoma subdural detectado en el astro no requería una intervención quirúrgica urgente.
Según el jefe de neurología del sanatorio, Guillermo Burry, el hematoma era pequeño y crónico, y no representaba una emergencia médica. Burry afirmó que su recomendación fue adoptar una «conducta expectante», es decir, tratar el hematoma con medicación y realizar un seguimiento neurológico, clínico y cardiológico.
A pesar de estas recomendaciones, Luque decidió trasladar a Maradona a la Clínica Olivos para someterlo a una cirugía. Esta decisión ha sido objeto de críticas, ya que varios profesionales del Ipensa coincidieron en que el cuadro clínico del exfutbolista no justificaba una operación inmediata.
Flavio José Tunessi, traumatólogo del club Gimnasia y Esgrima de La Plata y médico del Ipensa, declaró que la decisión de operar fue exclusivamente de Luque, quien desestimó las opiniones del equipo médico del sanatorio.
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Otro aspecto controvertido del caso es el rechazo de Luque a realizar ciertos estudios médicos que podrían haber sido cruciales para evaluar el estado de salud de Maradona. Oscar Franco, cardiólogo del Ipensa, declaró que había sugerido realizar un estudio de perfusión miocárdica para descartar enfermedades coronarias, pero Luque se negó, argumentando que Maradona no toleraba estar mucho tiempo en una institución médica.
Franco, sin embargo, afirmó que el paciente se mostró receptivo y que el estudio podría haber evidenciado riesgos potenciales. La operación del hematoma subdural, realizada el 3 de noviembre de 2020, fue exitosa en términos técnicos, pero el seguimiento médico posterior dejó mucho que desear.
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