La empresa estatal Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) registró en 2024 un superávit operativo de $48.288 millones a precios constantes, siendo el primer resultado positivo de este tipo desde su reestatización en 2007.
Este hito económico, resultado de un fuerte ajuste tarifario y mejoras en la eficiencia operativa, allana el camino para el proceso de privatización que impulsa el Gobierno nacional.
“Por primera vez en casi dos décadas, AySA no solo cubrió sus costos operativos sin asistencia estatal, sino que además generó excedentes”, destacaron fuentes oficiales.
De déficit crónico a superávit sostenido
La mejora del balance se explica principalmente por un incremento del 317% en las tarifas durante 2024, junto con planes de regularización de deudas y una caída significativa en la morosidad de los usuarios. Los ingresos pasaron de $519.378 millones en 2023 a $907.353 millones en 2024.
A esto se sumó una reducción de los gastos operativos, que bajaron de $690.063 millones a $638.116 millones. Este ajuste permitió una mejora notable en la utilidad bruta, que se triplicó: de $145.796 millones en 2023 a $446.104 millones en 2024.
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“El resultado neto dio un giro contundente, pasando de una pérdida de $382.859 millones a una ganancia de $48.288 millones”, informaron desde AySA.
La estrategia del Gobierno: eficiencia y apertura al capital privado
La mejora financiera fue clave para fortalecer el atractivo de AySA ante inversores privados. El Gobierno trabaja en un decreto que habilite la venta parcial de la empresa, bajo una estrategia mixta: una porción menor irá a la Bolsa y otra será ofrecida mediante licitación pública.
Actualmente, el Estado nacional posee el 90% del paquete accionario, mientras que el 10% pertenece a los empleados. Ese porcentaje no será incluido en el proceso de venta, al igual que los activos físicos de la empresa (terrenos, maquinarias, vehículos), que seguirán siendo propiedad estatal.
Camino a la desestatización: tres etapas de transformación
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La privatización de AySA se enmarca en un Plan de Optimización y Transformación del Modelo de Gestión, iniciado en 2024 y dividido en tres fases:
- Toma de control y ajuste tarifario
- Regularización operativa y eficiencia de recursos
- Estabilización para lograr independencia financiera
Este esquema permitió a la empresa funcionar sin aportes del Tesoro, situación inédita desde su reestatización.
Un paso más en la reducción del Estado
En el marco de la Ley Bases, AySA es una de las empresas habilitadas para su privatización parcial, junto con Belgrano Cargas, SOFSE y Corredores Viales. El proceso también contempla la venta total de Enarsa e Intercargo.
“Queremos garantizar que esta empresa no vuelva a ser estatizada. Incorporar inversores privados es una forma de blindarla institucionalmente”, remarcaron en el Ejecutivo.