Delegaciones de casi todos los países del planeta ingresaron a la plaza del Vaticano para asistir a las exequias del Sumo Pontífice. Trump, Macron, Zelenski y Milei (en primera fila) mostraron sus respetos hacia una de las figuras eclesiásticas que marcaron la historia.
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Pasó menos de una semana de la última misa que ofició el Papa en Pascua, evento en el que se acercó a saludar a los fieles congregados en el Vaticano con sus últimas fuerzas. Desde entonces, el mundo cambió. Su muerte y su recuerdo siguen siendo intensos y conmovedores. Este sábado, millones de personas de todo el planeta acompañaron el funeral del Sumo Pontífice a través de las distintas plataformas disponibles y medios como EL LIBERTADOR, que desde las 5 de ayer (las 10 hora italiana) ofreció una cobertura completa de la histórica ceremonia.
El mundo enterró a un Papa cuya misión fue sacar a la Iglesia a la calle, «siempre atento a los marginados de la sociedad», cerca de la gente, de los refugiados.
Fue un evento masivo que, además de los cientos de miles de fieles, reunió a decenas de líderes internacionales. Figuras de la política global como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el de Francia, Emmanuel Macron, y el de Ucrania, Volodímir Zelenski, así como el propio Javier Milei se sentaron en primera línea, durante la ceremonia celebrada en la plaza de San Pedro.
El primer mandatario argentino accedió al sitial acompañado de su hermana, Karina. Trump, lo hizo con la primera dama, Melania, se sentó en el comienzo de uno de los bancos de la primera fila y en el banco inmediato, separado por un pasillo, estaba el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, y a su lado, Macron, quien también estuvo acompañado por su esposa Brigitte.
Zelenski también estuvo en primera fila, con su esposa Olena. A dos asientos a la izquierda de Melania Trump pudo verse al rey de España, Felipe VI, y a la reina Letizia, que encabezaron la delegación española.
Continuando con las ubicaciones del funeral se observó a la italiana Giorgia Meloni. Y luego se los vio a presidentes latinoamericanos como el brasileño, Luiz Inácio «Lula» da Silva; el ecuatoriano, Daniel Noboa; el dominicano, Luis Abinader y la hondureña, Xiomara Castro.
Lula llegó con su esposa Janja y entró en la plaza vaticana poco después de que lo hiciera Milei, a pocos minutos del inicio del solemne funeral y con campanas de fondo.
A pesar de que hubo presencia de 155 delegaciones extranjeras, hubo llamativas ausencias de jefes de Estado latinoamericanos, pues ni México, Colombia, Chile, Perú, Uruguay, Bolivia, Cuba ni Venezuela estuvieron representados por sus Jefes de Estado.
Por parte de México fue la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez quien asistió, mientras que por Colombia lo hizo la primera dama, Verónica Alcocer, y por Cuba, el vicepresidente Salvador Valdés. Gran parte de los países latinoamericanos enviaron a sus ministros de Relaciones Exteriores.
El largo adiós
«Con dignidad, pero como todos los cristianos». Así pidió y así se han cumplido los últimos deseos de Francisco, ya que tras la misa su cuerpo atravesó los muros vaticanos en un cortejo fúnebre que lo guió por todo el corazón de Roma hasta su destino final, Santa María la Mayor.
El féretro abandonó la plaza de San Pedro poco después del mediodía y se trasladó en el papamóvil, acompañado por un pequeño cortejo fúnebre, hacia la basílica, donde fue inhumado en una ceremonia fuera de las cámaras. El ataúd del Papa viajó en un vehículo abierto, para que los fieles que se congregaron en el recorrido, en las calles de Roma, pudieran ver el féretro a su paso y despedirse del pontífice. Tras 30 minutos de trayecto, la sepultura llegó al nicho de la nave lateral de la basílica liberiana, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, donde se colocó después del canto de cuatro salmos y cinco intercesiones.