La salida de pesca del fin de semana será una, que Maximiliano Escobar y Víctor Bieri, jamás olvidarán. Cuñados y compañeros de aventuras ribereñas, capturaron una raya de aproximadamente 150 kilos en aguas del río San Javier, distrito Colonia Teresa, en la provincia de Santa Fe.
Según expresaron los protagonistas, el ejemplar demandó más de cinco horas de esfuerzo continuo en su extracción. La raya mordió el anzuelo alrededor de las 9 de la noche, cuando los pescadores estaban revisando un espinel colocado previamente.
La fuerza del animal fue tal que, recién al día siguiente, con más claridad y energía, pudieron retomar el operativo para su captura definitiva. El testimonio de los protagonistas pone de manifiesto no solo la magnitud del ejemplar sino también los riesgos que implica enfrentarse a un animal de ese tamaño sin preparación profesional. “Nos paseó por el arroyo durante horas, nos llevó 40 o 50 metros con el piragüón, fue una lucha constante”, contaron.
“Cuando flotó, supimos que era nuestra, pero ahí también vimos realmente el tamaño: era un monstruo del río”. En plena oscuridad, el momento más crítico llegó cuando uno de ellos, accidentalmente, se enredó con el espinel mientras el otro intentaba capturarla. “Por suerte, logró zafarse justo a tiempo. Si no, estaríamos contando otra historia”, confesaron aún conmovidos.
La captura se produjo en una zona conocida como “Las Cuatro Bocas”, una confluencia de arroyos y canales profundos, ideal para la presencia de estas especies.
El animal fue atraído con un cascarudo y capturado con un anzuelo número 5, atado a un espinel cuya madre era del 48, acompañado por un hilo del 36 en el chicote. Según relataron, el fondo del aparejo, con un lastre de aproximadamente 40 kilos, fue clave para impedir que el animal rompiera completamente el equipo de pesca.
Las rayas de río (Potamotrygonidae) pueden alcanzar un tamaño excepcional. En este caso, los pescadores estimaron que la raya, una Potamotrygon falkneri (especie común en los ríos del litoral argentino), superaba el metro y medio de diámetro, coincidiendo con las descripciones de ejemplares de gran tamaño.
Si bien no son pescadores profesionales, describieron la experiencia con humildad y emoción: «Pescamos desde la orilla o con red, nunca habíamos visto algo así. Fue suerte… y mucho respeto al río», afirmaron al dialogar con El Litoral.
Tras la captura, elaboraron milanesas que compartieron con familiares y vecinos. Finalmente, advirtieron a otros pescadores: «Si encuentran un animal de este tamaño y no están preparados, es mejor devolverlo al agua. Tuvimos suerte, pero no siempre termina bien. Esa raya tenía una fuerza increíble».