Festejo de la Selección Argentina campeona de Qatar 2022 – @fifaworldcup_es
Mientras continúa negociando su continuidad en Benfica, Nicolás Otamendi vuelve a ser noticia en el mercado de pases. A poco de quedar con el pase en su poder —su contrato vence el próximo 30 de junio—, el defensor campeón del mundo con la Selección Argentina fue contactado por un club del fútbol argentino. Y aunque muchos esperaban que River levantara el teléfono, esta vez quien dio el paso fue Vélez.
Según informó TyC Sports, dirigentes del Fortín se comunicaron con el marcador central para conocer su predisposición a regresar al país y volver a vestir la camiseta del club que lo formó y con el que debutó en Primera en 2007. La gestión cuenta con el aval del actual DT, Guillermo Barros Schelotto, quien busca sumar jerarquía de cara a los octavos de final de la Copa Libertadores, donde Vélez enfrentará a Fortaleza de Brasil.
En ese contexto, el propio Mellizo también se contactó con otro viejo conocido: Esteban Andrada, arquero de Rayados de Monterrey, a quien dirigió en su paso por Boca y que también está en la mira del club de Liniers para reforzar el arco.
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A pesar del entusiasmo y los primeros intentos, la respuesta de Otamendi fue concreta. Su intención es continuar en Europa y, en ese sentido, mantiene conversaciones con Benfica para extender su vínculo por una o dos temporadas más. El defensor, de 36 años, tiene en la mira el Mundial de Clubes 2025, donde los lusos integrarán el Grupo D junto a Bayern Múnich, Boca y Auckland City.
Más allá de que Otamendi nunca ocultó su deseo de vestir la camiseta de River —club del que es hincha—, ni la dirigencia millonaria ni Marcelo Gallardo, actual entrenador, avanzaron para repatriarlo. Así, la chance de que regrese al fútbol argentino parece lejana, al menos por ahora.
Desde su llegada a Benfica en 2020, tras su etapa en el Manchester City, Otamendi disputó 228 partidos, convirtió 14 goles y dio 8 asistencias, además de conquistar tres títulos con las Águilas. Con contrato próximo a vencer, su futuro se define en Europa, aunque en Liniers se ilusionan con un eventual regreso del hijo pródigo.
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