El tercer intento para la concesión del puente Santo Tomé-São Borja y su Centro Unificado de Frontera enfrenta un escenario marcado por la falta de oferentes, preocupaciones logísticas por el aumento del tránsito de cargas y medidas recientes que apuntan a reducir el costo del cruce para turistas. La inminente apertura de sobres el 15 de julio y el vencimiento del contrato actual en agosto plantean una instancia decisiva para la continuidad y el desarrollo de la unión internacional.
El lunes 2, se llevó a cabo una audiencia pública virtual con la participación de autoridades de Argentina y Brasil, operadores logísticos y representantes comunales de Santo Tomé y São Borja.
El encuentro se enmarcó en el tercer llamado a licitación para la concesión del puente internacional Santo Tomé-São Borja y del Centro Unificado de Frontera (CUF), incluyendo sus accesos.
La actividad tuvo como objetivo la presentación del nuevo pliego de Bases y condiciones (Nº 01/2025) y la recopilación de sugerencias por parte de los sectores vinculados al funcionamiento del cruce.
Este será el tercer proceso licitatorio en lo que va del año. La primera convocatoria, realizada el 4 de enero, fue impugnada por un interesado, mientras que la segunda, el 4 de abril, no recibió ofertas.
La apertura de sobres está prevista para el 15 de julio en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçu.
INCERTIDUMBRE
El proceso licitatorio avanza en un contexto de incertidumbre respecto a la continuidad operativa del paso internacional, cuya gestión es considerada estratégica para el comercio regional.
La actual concesión se encuentra en manos de la empresa Mercovía S A, prorrogada por un segundo año tras la pandemia. Dicha extensión vence el 29 de agosto, y aún no se ha definido un nuevo adjudicatario.
Las preocupaciones en torno al funcionamiento del CUF se centran en el aumento sostenido del tránsito de cargas, estimado en aproximadamente 700 camiones diarios. Este crecimiento ha puesto en evidencia limitaciones en la capacidad operativa de la infraestructura actual, especialmente en el patio de camiones, lo que genera demoras y congestión.
TARIFAS
DIFERENCIALES
Además de los aspectos logísticos, el nuevo pliego contempla una modificación significativa en el esquema tarifario para el tránsito de vehículos particulares.
Se anunció una reducción del 93 por ciento en el peaje para automóviles considerados como «turistas», con el objetivo de incentivar el uso del cruce por parte de quienes ingresan o egresan del país con fines turísticos.
Esta medida se suma a la eliminación, implementada hace aproximadamente un año y medio, del cobro de peaje para el tránsito vecinal fronterizo. Dicha exención continúa vigente para los residentes de Santo Tomé y São Borja cuyos vehículos estén registrados en ambas ciudades, estableciendo un tratamiento diferenciado según el tipo de tránsito.
El ajuste tarifario busca reducir el impacto económico que representa actualmente el cruce internacional para los usuarios particulares, y se inscribe dentro de una política orientada a mejorar la conectividad regional. No obstante, esta acción no resuelve las demandas estructurales vinculadas al transporte de cargas.
Mientras tanto, el sector logístico espera definiciones concretas que permitan mejorar la competitividad del paso y su infraestructura.
Infraestructura estratégica
El puente internacional Santo Tomé-São Borja constituye una infraestructura clave para el transporte de cargas entre Argentina y Brasil, con especial incidencia en productos agrícolas como la cebolla. En los últimos años, se ha mantenido un flujo constante de entre 10.000 y 11.000 camiones por mes, posicionando a este cruce como el segundo más importante del Mercosur, luego del Paso de los Libres-Uruguaiana.
La logística fronteriza que rodea al puente -integrada por patios de camiones, servicios de inspección, almacenamiento y controles aduaneros- sostiene una extensa red de actores. Entre ellos se encuentran proveedores de transporte, agentes aduaneros y empresas concesionarias como Mercovía S A, responsable de la gestión del Centro Unificado de Frontera.
Aunque el comercio vecinal ha experimentado una retracción, continúa siendo un sostén para supermercados, estaciones de servicio, restaurantes y vinotecas de Santo Tomé. Tradicionalmente, los consumidores brasileños cruzaban la frontera atraídos por los precios, pero esa tendencia se ha revertido en los últimos tiempos debido a desequilibrios inflacionarios.
El sector gastronómico y el expendio de combustibles, históricamente beneficiados por el tránsito fronterizo, también evidencian el impacto de esta merma. La disminución del caudal de compradores brasileños ha provocado una caída significativa en los niveles de consumo, afectando la rentabilidad de estos rubros.
El turismo transfronterizo en vehículos livianos representa otro componente relevante del dinamismo económico regional. Sin embargo, este flujo se ha vuelto altamente sensible a las variaciones del tipo de cambio, registrándose en el último verano una baja del 50 por ciento en el volumen de cruces, en comparación con años anteriores.