Dos motochorros desvalijaron a un local de venta de ropas

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El daño causado a la dueña de una tienda de ropas de la ciudad de Corrientes no fue solo económico, ya que la emprendedora quedó devastada emocionalmente al enterarse que el local fue saqueado por ladrones que entraron forzando una doble cerradura y dejaron muy pocas cosas, casi nada.

El robo de decenas de prendas de vestir, accesorios de hogar y otros elementos se produjo el viernes a la madrugada en el barrio 9 de Julio, sobre calle Pitágoras casi avenida Medrano.

La firma “Milaci” fue el blanco elegido por motochorros que cometieron el ilícito en dos etapas. Primero llegaron para forzar las medidas de seguridad, para lo cual emplearon un destornillador de tamaño grande. Después, cuando habían pasado unos diez minutos, regresaron al constatar que nadie los vio y llamó a la Policía.

En la segunda incursión, mientras lloviznaba sobre Capital, cargaron bolsas de consorcio con las mercaderías de un monto millonario.

Información precisa que en la comisaría seccional Octava la comerciante radicó una denuncia penal, en la que detalla la sustracción de al menos 185 ropas de hombres, mujeres y niños; además de una treintena de relojes en cajas.

CIRCULABAN EN UNA MOTOCICLETA TIPO 110 ROJA.

A las 2:50, según registros de una cámara de seguridad, los ladrones comenzaron a forzar la puerta de blindex. Es así que “reventaron” la cerradura superior e inferior.

Más tarde, exactamente a las 3, volvieron para concluir el plan delictivo. Ambos ingresaron al salón de ventas y comenzaron el saqueo: 30 pantalones de jeans; 40 remeras de hombre; 20 buzos de nena; 12 poleras; 2 camperas inflables de hombre; 2 buzos deportivos de licra; 6 enteritos de bebé; 15 buzos de algodón de nena y bebé; 10 buzos de capibara de nena; 10 camisetas térmicas; 20 suéteres de hombre; 10 pantalones de plush; 2 camperas de gabardina y otras prendas.

Los malvivientes entraron tres veces al comercio para sacar todas las cosas y cargarlas a una motocicleta 110 roja, con vivos plateados y negros, según el registro de cámaras de seguridad relevadas en la cuadra.

Uno de los motochorros cubría su rostro con el uso de un casco negro; mientras el cómplice utilizaba un buzo con capucha para cubrir parcialmente la cara.

La Policía inició la pesquisa correspondiente a través de sus distintas áreas de Investigaciones.

La principal sospecha apunta a que no habría sido un robo al azar, sino producto de una planificación.

Se cree que los malhechores “estudiaron” el lugar y, al saber que podrían vulnerar las medidas de seguridad, aprovecharon un horario de la madrugada y el clima para pasar desapercibidos mientras cometían el saqueo.

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