El Gobierno aseguró que no habrá renovación para la soja y el maíz

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A pocos días de que venza la baja temporal de retenciones a las exportaciones de soja y maíz, el campo argentino ha acelerado de forma notable la liquidación de divisas. Sin embargo, el Gobierno nacional enfrenta una paradoja: aunque el ingreso de dólares se incrementó en las últimas semanas, no logra capitalizarlo plenamente debido a las restricciones del esquema cambiario y a la persistente demanda de divisas por parte del sector privado.

La medida de reducción de retenciones, implementada a principios de año por el Gobierno y anunciada por el ministro de Economía, Luis Caputo, permitió que las alícuotas bajaran transitoriamente, incentivando a los productores agropecuarios a adelantar ventas.

 Esta estrategia, sumada a un tipo de cambio relativamente estable y tasas de interés atractivas, generó un flujo récord de divisas en el primer semestre de 2025. Según datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro Exportador de Cereales (CEC), entre enero y mayo ingresaron USD 11.713 millones, un 29,5% más que en el mismo período del año anterior.

Sin embargo, el beneficio fiscal tiene fecha de vencimiento: el próximo lunes 1° de julio, las retenciones volverán a sus niveles previos, con una alícuota del 33% para la soja y del 31% para sus derivados, tal como lo confirmó el presidente Javier Milei en reiteradas oportunidades.

Esta decisión ha generado inquietud en el sector agroexportador, que anticipa una caída en los precios pagados al productor y una posible desaceleración en la comercialización. En este contexto, los productores han intensificado la registración de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) para asegurarse las condiciones actuales antes del cambio normativo.

Solo el martes pasado se anotaron 1,93 millones de toneladas, frente a un promedio de 450.000 toneladas diarias en los días previos. Esta maniobra les permite mantener la alícuota vigente y contar con hasta 15 días hábiles para ingresar el 95% de las divisas, lo que garantiza un flujo sostenido hasta al menos el 23 de julio.

Productores

No obstante, el Gobierno no logra aprovechar del todo esta mayor oferta de dólares. El Banco Central, en su intento por mantener el tipo de cambio dentro de las bandas establecidas, no interviene activamente en el mercado a menos que el precio toque el piso de esas bandas.

Como resultado, gran parte de los dólares ingresados no se traducen en compras netas de reservas. De hecho, el Tesoro debió recurrir a licitaciones de bonos y a un préstamo con bancos por USD 2.000 millones para intentar cumplir con las metas acordadas con el FMI.

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