El 10 de noviembre se cumplirán 49 años del secuestro y posterior desaparición de Jorge Eduardo Oshiro Takara. Un joven militante del PST, secuestrado en su casa en San Martín, en el gran Bs As, con apenas 18 años. El pasado sábado 12 de Julio, la Comisión por la Memoria de San Martín, junto a su familia, vecinos, amigos y organizaciones políticas colocaron en una esquina de la Plaza Ader una placa en su memoria, también se plantó un Jacarandá.
Jorge Eduardo Oshiro Takara, de ascendencia japonesa, nació en Buenos Aires el 2 de enero de 1958. Hijo de Shinsuke Oshiiro y Maria Takara. Tenía cinco hermanos, era soltero, aunque mucho tiempo después se supo que guardaba un amor en secreto. Estudiaba en la Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 2 Alemania, en el turno noche, ubicada en San Martín, provincia de Buenos Aires, localidad en donde transcurrió su corta vida.
Militaba en el Frente Estudiantil de la Juventud Socialista de Avanzada, del PST. Durante su paso por la secundaria, sus compañeros lo veían como un referente, encabezó varias luchas estudiantiles en la escuela. “Era un estudiante de excelentes notas” eso recuerda uno de sus compañeros del secundario que estuvo presente en el acto homenaje, “cuando hablaba tenía esa claridad conceptual que en muchos despertaba admiración”.
Según cuenta su familia, Jorge adoraba la música, principalmente al “Flaco” Spinetta. Tocaba la guitarra y tal era su pasión por la música que empezó a armar su banda de rock junto a amigos del barrio. Uno de sus hermanos cuenta que Jorge fue quien lo impulsó a la música, que el simple “Violencia en el Parque” que le hizo escuchar su hermano, fue un antes y un después para él.
Un 10 de noviembre de 1976, un grupo de hombres portando armas entró a la casa de la familia Oshiro. No utilizaron violencia, era claro que conocían tanto la distribución de la casa como a Jorge que en ese entonces tenía tan solo 18 años.
En el libro No sabían que somos semillas, de Andres Asato, Elsa, su hermana, asegura: “Jorge militaba en el Partido Socialista de los Trabajadores y en el galpón de la casa guardaba sus periódicos, pero no era el depósito de la Organización, eran los suyos, y no había grandes cantidades. Lo tenían muy bien identificado porque mis otros dos hermanos varones tenían más o menos la misma edad y casi la misma contextura física y no los confundieron. La cosa es que ellos sabían muy bien a quién venían a buscar”.
Según el sitio web de la SubSecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires “En esas circunstancias los perpetradores requisaron toda la vivienda, que sustrajeron los documentos de identidad de la víctima y que apuntándole con ametralladoras la obligaron a subirse a uno de los automóviles en los que habían llegado hasta la finca. Se probó asimismo que Jorge Eduardo Oshiro permaneció detenido en condiciones inhumanas y bajo tormentos en alguno de los centros clandestinos de detención que funcionó en la guarnición militar de Campo de Mayo.”
Un sobreviviente Eduardo Cagnolo, indicó que pudo reconocer a Jorge en el centro clandestino “El campito”, el cual funcionó en las instalaciones de Campo de Mayo. Allí funcionaron también el Hospital Militar, la Cárcel de los Encausados y Las Casitas, como centros clandestinos de detención.
A mediados del 2022 se llevó adelante la “Megacausa Campo de Mayo” en el TOF 1 de San Martín. En este juicio denominado “megacausa” se juzgaron los crímenes contra 350 víctimas, entre ellas catorce mujeres embarazadas, en el período comprendido entre 1976 y 1978. Hechos que ocurrieron en el circuito represivo Campo de Mayo con epicentro en cuatro centros clandestinos de detención que funcionaban en alrededor de 4 mil hectáreas de la guarnición militar: El Campito, el Hospital Militar, la Cárcel de los Encausados y Las Casitas. El Tribunal dictó pena de prisión perpetua a diez acusados y penas de entre 4 y 22 años de prisión a otros nueve acusados.
Dentro de los cuatro acusados por la detención y tortura de Jorge se encuentran:
Tamini, Carlos Javier: Jefe de la División Contrainteligencia del Departamento II de Inteligencia del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo.
Castagno Monge, Hugo Miguel: Fue oficial de Gendarmería Nacional. Fue designado como jefe de los celadores pertenecientes al Escuadrón Campo de Mayo de Gendarmería Nacional, que estaba a cargo de la custodia de las víctimas alojadas en el centro clandestino de detención El Campito, entre los años 1976 y 1977.
Riveros, Santiago Omar: Fue General del Ejército Argentino. Se desempeñó como Comandante de Institutos Militares y de la Zona IV, G-2 Inteligencia, Escuela de Inteligencia y Destacamento de Inteligencia 201 al momento de los hechos.
Somoza, Carlos Eduardo José:Fue personal civil de Inteligencia del Batallón 601, integró el Grupo de Tareas II que actuó en El Campito, al menos desde el mes de mayo de 1976 hasta fines de 1977. Este último, acusado de ser quien asesinó a Jorge.
Jorge es sin dudas el faro para muchos de nosotros, un militante soñador, que luchaba por construir una sociedad distinta, un mundo distinto. En tiempos donde la ultraderecha busca imponer un discurso negacionista, es más importante que nunca reforzar los espacios de memoria colectiva.
Por eso, como dice su familia, “no desaparece quien deja huella“.