Pablo Petracca, intendente de Junín y candidato a senador provincial por la cuarta sección electoral en alianza con Somos Buenos Aires, justificó su decisión de no sumarse al acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA) y dijo que “es muy difícil acordar con alguien que no te quiere”. “Sin duda la conveniencia numérica era una alianza con LLA. Pero para mí hay otra cosa que es más fuerte: la conveniencia de valores”, remarcó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Pablo Petrecca es intendente de la ciudad bonaerense de Junín desde el año 2015. Además, es vicepresidente segundo del PRO en la provincia de Buenos Aires y candidato a senador provincial por la cuarta sección electoral en alianza con Somos Buenos Aires. Desde diciembre de 2013 hasta diciembre de 2015 fue concejal. Es contador público recibido en la Universidad Nacional de La Plata.
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Una encuesta de la consultora CB indica que sos el dirigente con mejor imagen en la Cuarta Sección Electoral. Más allá de las elecciones bonaerenses, ¿qué piensa usted que debería hacer el PRO en la Ciudad de Buenos Aires? Faltan tres días para que finalmente se defina si va en alianza con La Libertad Avanza o no. ¿Usted cree que todavía el PRO tiene posibilidades de sobrevivir si se separa de La Libertad Avanza en la Ciudad, aunque no lo haya hecho en la Provincia?
Cada distrito debería hacer su análisis puntual. En lo particular, tengo que responderte por cómo decidí y actué en Junín, que fue no acordar. Es muy difícil acordar con alguien que quiere imponerte. Es muy difícil acordar con alguien que no te quiere, que nunca te da la bienvenida. Es muy difícil acordar con alguien que habla a los gritos, que no dialoga, que no construye. Los acuerdos se construyen, no se imponen. Y yo soy de los que creen que, para transformar una ciudad, para transformar una provincia, uno tiene que armar equipos, políticas públicas y proyectos a largo plazo. Yo no quiero ganar una elección y al otro día estar peleándome.
Si uno hubiera mirado los números, sin duda la conveniencia numérica era una alianza con La Libertad Avanza. Pero para mí hay otra cosa que es más fuerte: la conveniencia de valores. Y yo no comparto en valores este estilo de imposición. Por eso fue la decisión que tomamos acá, a nivel local, de quedarnos en el mismo lugar donde estamos desde 2015. Porque en definitiva, podrá tener otro nombre, pero los valores son los mismos. Este espacio que formamos en Somos, en la Cuarta Sección Electoral, está conformado por nueve intendentes que venimos construyendo y transformando nuestras ciudades desde 2015. Así que estamos donde estuvimos siempre.
Contale a la audiencia porteñocéntrica cómo son esos nueve intendentes. ¿Por qué se pusieron de acuerdo y qué puntos en común tienen?
Es un buen punto, porque esta elección del 7 de septiembre es una elección muy particular, que quizás no todos los vecinos conocen. Votamos por primera vez temas de la provincia y temas locales. El 7 de septiembre no se vota el modelo de Milei, no se vota la reforma laboral, no se votan las reformas pendientes en Argentina. El 7 de septiembre se vota, en el caso de la Cuarta Sección Electoral, para defender los modelos de gestión locales que vienen transformando las ciudades, y también para ponerle un freno al kirchnerismo, al populismo, que tanto daño le ha hecho a la provincia y, más aún, al interior, donde tenemos un gobernador completamente ausente.
La Cuarta Sección Electoral son ocho elecciones distintas en función de las secciones. Está compuesta por 19 municipios, de los cuales Junín es la cabecera, la ciudad más importante. Pero también están Chivilcoy, Lincoln, General Diamante, General Arenales y Trenque Lauquen, Ameghino, con intendentes radicales y General Villegas, que tiene un intendente peronista. Todos ellos conforman este frente Somos, que en la Cuarta Sección representa más del 60% del padrón electoral. Estamos convencidos de que somos la única fuerza que puede ponerle un freno y ganarle al kirchnerismo.
¿Hay una especie de tercer movimiento histórico, donde radicales y peronistas, que en parte también integraron el PRO, terminan juntándose? ¿Estamos frente a un proceso de fusión de la raíz histórica progresista de Argentina, a lo largo del siglo XX, ahora conformada de esta manera en el siglo XXI? ¿Estamos viendo algo que, aunque parezca magma, ya se está solidificando?
Juntos por el Cambio tiene esa génesis. En 2015 arrancó así: con el PRO, con el radicalismo, con la Coalición Cívica, con independientes, con peronismo. Y creo que se está reconformando después del desastre de los partidos políticos en el último tiempo y de todo lo que ha pasado. Ni hablar del PRO, pero también en cada espacio político en particular. Creo que después de las elecciones de octubre va a haber un reacomodamiento de las estructuras partidarias.
Estoy convencido de que tiene que haber opciones donde podamos poner en valor las gestiones. A mí me gusta mucho hablar de hechos concretos. En definitiva, uno transforma la realidad de un vecino si le trae beneficios a su localidad: si invierte en cloacas, en agua, en mayor iluminación y en más seguridad. Las palabras, en nuestra zona, muchas veces se las lleva el viento. Son modelos de hechos concretos que estamos llevando adelante en nuestras ciudades, que queremos también llevarlos a la provincia de Buenos Aires. Por eso también la propuesta de ir al Senado.
En la génesis del PRO había un porcentaje importante de peronistas, con funcionarios de mucho peso. De hecho, los dos que se acercan más a La Libertad Avanza son Cristian Ritondo, presidente del PRO en la provincia, y Diego Santilli. ¿Qué te hace suponer que justo los dos peronistas son los que más cerca están de La Libertad Avanza? ¿No hay una paradoja ahí? ¿Y qué le dirías a Ritondo?
Soy respetuoso de lo que ha decidido la mayoría en la asamblea del espacio, más allá de mi rol como vicepresidente segundo. Yo no comparto esa forma. De hecho, se lo he dicho a Cristian, a Diego, con quienes tengo una relación de afecto personal. Pero los acuerdos se construyen, no se imponen. Se construyen con valores en común, con proyectos en común de largo plazo. Yo no creo en ganar una elección y que después todo se termine. Al contrario, creo que ahí empieza un camino.
Pero creo que, después de estas elecciones de septiembre y de octubre va a haber un reordenamiento. Los gobernadores están dando un mensaje bastante claro con este espacio federal. Así que estoy expectante de que también surja una propuesta racional, que se aleje de los discursos del odio, de las confrontaciones, y que ponga a las personas en primer lugar. Y que impulse las reformas que sin duda hacen falta en Argentina para seguir adelante.
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¿Estás de acuerdo con lo que están haciendo los gobernadores en Provincias Unidas? ¿Te sentís representado en eso?
No me siento representado por los extremos ni por los discursos del odio, no importa de qué lugar vengan. Pongo en valor un modelo de gestión que tenga una propuesta que lleve a la construcción del diálogo, a poner las políticas públicas por encima de las diferencias ideológicas, a poner a las personas en primer lugar, que la obra pública como herramienta para sacar la producción del interior. Y creo que los gobernadores están representando ese modelo muy bien. Así que también miro con atención ese espacio que se está formando.
Claudio Mardones: El gobernador Axel Kicillof estuvo en su municipio el viernes pasado en un acto oficial. La noticia fue que usted se retiró mientras él hablaba. ¿Qué opinión le merece lo que dijo el gobernador? ¿Fue un intento de empatizar con usted?
El gobernador vino a inaugurar un centro de atención primaria que quedó muy lindo. Es algo necesario para la ciudad y lo veníamos esperando hace mucho tiempo. La nota de prensa era una nota de gestión. Era una nota para ver ese centro y hablar de lo que queda pendiente. Yo soy del PRO, no compartimos la mirada con el gobierno provincial. De hecho, creo que está haciendo mucho daño en la provincia de Buenos Aires.
Y en mi discurso dije: “Ojalá esto sea un punto de inflexión, donde las diferencias ideológicas queden de lado, donde prime la madurez, y se abra una nueva relación entre Junín y la Provincia”. Porque creo en la gestión conjunta, más allá de las diferencias. En definitiva, trabajamos por los juninenses y los bonaerenses. A los dos segundos, el gobernador habló de (Mauricio) Macri y (María Eugenia) Vidal. ¿En serio? Macri y Vidal se fueron en 2019. Es momento de que empiece a gobernar.
De hecho, con Vidal arrancamos un plan de 25 viviendas en 2019 que aún no se terminó. En seis años de gestión provincial no se puso ni un ladrillo. Entonces, la agenda pasa por otro lado. No hablemos de Macri y Vidal, que ya no están. Hablemos, si se quiere, del gobierno anterior que hizo un desastre. Me pareció una falta de respeto, y no podía ser testigo de más mentiras. Por eso, cordialmente, le toqué la espalda y, como un gesto para decirle: “Hasta acá llegué”. Y me retiré.
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