Todos los peores temores se hicieron realidad. Tras seis días de desaparecida, encontraron sin vida el cuerpo de Mirta Ayala, la mujer de 73 años que había desaparecido, luego de salir del casino de la ciudad de Santo Tomé, a donde había ido junto a sus hermanas. La mujer sufría de Alzheimer. Una cámara particular cuyas imágenes aparecieron en las últimas horas previas al hallazgo, redireccionaron la búsqueda hasta encontrarla muerta dentro de un arroyo.
La confirmación llegó el sábado por la tarde, y según indicaron fuentes oficiales, la aparición de nueva evidencia fílmica de una cámara de vigilancia de un particular, permitió a los investigadores y a la Policía observar el paso de la mujer por calle Uruguay, entre Moreno y Bertodano, en dirección al arroyo Itacuá.
De inmediato se dio la orden de redireccionar toda la búsqueda y las tareas de rastrillajes hacia aquella zona, lo que enseguida dio el resultado menos esperado. El cuerpo de Mirta yacía sin vida y en avanzado estado de descomposición dentro del espejo de agua.
Según refirieron allegados al caso, las imágenes muestran a Mirta, de 73 años, cruzar la misma noche que desapareció por la calle que lleva al arroyo y por el estado del cuerpo, todo indica que pudo haber caído al agua sin tener ninguna posibilidad de ser auxiliada, muriendo ahogada en el lugar.
Las hermanas de Mirta habían salido junto con ella para pasar “una noche divertida”, eligieron ir al Casino de la ciudad, pero en un momento determinado la víctima se alejó y salió del complejo, sin que sus familiares lo notaran. Minutos más tarde comenzaron a buscarla dentro de la sala y no la encontraron.
Dieron aviso a la Policía, alertando que la mujer padece del mal del Alzheimer, por lo que la fuerza montó rápidamente un amplio operativo, que se extendió todos los días subsiguientes hasta el fatídico hallazgo.
Justamente debido a que no se habían encontrado rastros de la mujer en un primer momento de la búsqueda, la Policía ordenó a todos los grupos que participaban de los rastrillajes, PRIAR, G.T.O, comisaría Primera y personal de la Unidad Regional V, al igual que la división Drones, que amplíen el radio de búsqueda, colocando además personal de a caballo por las zonas suburbanas y parajes cercanos, hasta donde podría haber llegado la víctima.
Tras el hallazgo del cadáver, la Policía convocó a los Bomberos Voluntarios para poder realizar la extracción del mismo del interior del arroyo. A simple vista no presentaba signos de haber sufrido un ataque violento, pero igualmente se pidió su traslado hasta la morgue del hospital local, donde el fin de semana se le practicó una autopsia para determinar las causas reales de la muerte y el tiempo que llevaba fallecida.