El proyecto propone la creación de un programa basado en el respeto a la laicidad, la pluralidad de credos y la voluntariedad de participación. La iniciativa, construida con aportes de líderes religiosos y profesionales de la salud mental, busca ofrecer talleres vivenciales como espacios de escucha activa y asistencia emocional para estudiantes, con respaldo institucional y participación comunitaria.
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El presidente de la Cámara de Diputados, Pedro Cassani presentó un proyecto de ley que propone la creación de un programa de contención ecuménica en las escuelas públicas de la provincia.
La propuesta, elaborada junto a referentes religiosos y profesionales de la salud mental, busca ofrecer un espacio de escucha y asistencia emocional para estudiantes que lo deseen, de manera gratuita y opcional.
La iniciativa surge como complemento a la Ley de Educación Emocional vigente, con el propósito de fortalecer las acciones de cuidado de la salud mental juvenil.
El proyecto prevé la participación de un Consejo Provincial Interreligioso que trabaje en conjunto con el Ministerio de Educación, en talleres vivenciales no confesionales.
El expediente parlamentario, identificado como número 19.394, será analizado en comisión con la participación de diversos sectores. Se destaca que el servicio será optativo y no sustituirá ninguna actividad curricular, sino que ofrecerá un espacio de contención para quienes elijan participar.
Según Cassani, la propuesta apunta a «fortalecer la salud emocional desde un enfoque humano y espiritual», sin vulnerar el principio de laicidad del Estado. El legislador remarcó que «se trata de un servicio voluntario y plural», respetuoso de las convicciones individuales de cada estudiante.
ORIGEN Y
DESARROLLO
DEL PROYECTO
La idea fue gestada a partir de un encuentro entre Pedro Cassani y un grupo de pastores en la ciudad de Corrientes, donde se abordaron diversas problemáticas sociales que afectan a los jóvenes. A partir de ese diálogo inicial, se avanzó en una investigación multidisciplinaria que derivó en la redacción de un anteproyecto.
El texto fue consensuado posteriormente con sacerdotes católicos, pastores evangélicos y representantes de la comunidad judía. La presentación pública del proyecto tuvo lugar en Bella Vista, en el marco de una reunión organizada por la agrupación Pastores Unidos por Corrientes (Pauco).
En esa instancia, se detallaron los fundamentos de la propuesta y se compartieron testimonios sobre situaciones que atraviesan estudiantes en distintos puntos de la provincia. «Nos toca asistir a jóvenes que sufren abusos, bullying, adicciones o depresión», expusieron los religiosos presentes.
Una psicóloga social presente en el encuentro valoró el proyecto y lo vinculó a otras experiencias como el programa internacional Pepe, destinado al Nivel Preescolar. «Es fundamental llegar también al Nivel Primario», opinó la profesional.
Respeto a la laicidad
y libertad de conciencia
El proyecto contempla que los espacios de contención funcionen como talleres vivenciales a cargo de referentes religiosos capacitados pedagógicamente. Estos deberán trabajar en coordinación con el Ministerio de Educación y bajo supervisión estatal para asegurar el cumplimiento de los principios legales vigentes.
«No se trata de catequesis, sino de ofrecer herramientas de acompañamiento emocional», explicaron los impulsores. El servicio será ad honorem, tanto para los referentes religiosos como para los profesionales de la salud mental que participen.
Los talleres estarán abiertos a todos los estudiantes de escuelas públicas, sin distinción de credo, y serán desarrollados en un horario complementario a las actividades escolares. La participación será completamente voluntaria.
El objetivo es brindar un espacio de escucha activa y orientación, con el fin de abordar tempranamente situaciones de vulnerabilidad emocional. «Se busca actuar desde la prevención, no desde la imposición», destacaron.
El Consejo Provincial Interreligioso tendrá un rol clave en la elaboración de lineamientos pedagógicos y en la propuesta de formadores para estos espacios. Tendrá carácter consultivo y estará compuesto por referentes de distintos credos con personería reconocida.
Uno de los aspectos centrales del proyecto es el compromiso con el respeto a la laicidad del Estado y a la libertad de conciencia de los estudiantes. Esto será garantizado mediante la supervisión del Ministerio de Educación y mediante mecanismos de evaluación periódica.
«El principio de laicidad es irrenunciable», subrayó Cassani, quien enfatizó en que la pluralidad será una condición imprescindible en la implementación del programa. Se busca garantizar un enfoque inclusivo y libre de proselitismo.
El Consejo Interreligioso deberá velar por la no discriminación y la plena vigencia de los derechos de niños y adolescentes en el ámbito escolar. Además, se asegurará la participación de profesionales en salud mental para aportar una perspectiva técnica y ética.
Entre las tareas del Consejo también se incluye la elaboración de contenidos orientativos y la articulación con otras políticas públicas vinculadas a salud y educación. Todo esto se realizará con transparencia institucional y apertura al debate ciudadano.
Cassani remarcó que «el camino legislativo exige participación y consenso», por lo que invitó a organizaciones de la sociedad civil, sindicatos docentes y centros de estudiantes a involucrarse en la discusión del proyecto.
Participación ciudadana
Cassani explicó que el trámite legislativo incluye su análisis en comisión, su eventual aprobación en Diputados y el posterior tratamiento en el Senado provincial. Una vez sancionado, deberá ser promulgado por el Poder Ejecutivo para entrar en vigencia.
«El objetivo es que este proyecto sea de todos, no de un sector», afirmó el legislador. En ese sentido, reiteró que las modificaciones necesarias podrán ser incorporadas tras el proceso de diálogo y evaluación con todos los actores involucrados.
Además, el proyecto prevé mecanismos de monitoreo y evaluación continua, con instancias de revisión participativa y auditoría pública. Esto permitirá ajustar su implementación a las necesidades reales de las comunidades escolares.
Desde el ámbito religioso, hubo apoyo generalizado a la iniciativa. «Está muy bueno, porque no impone sino que se ofrece», coincidieron varios pastores. «El proyecto busca generar esperanza desde la fe, sin obligar a nadie», expresó el pastor Sergio Slavy.
El legislador también recordó la sanción de la ley que declara el 31 de octubre como Día de las Iglesias Evangélicas, en homenaje a la Reforma Protestante. Destacó que ese hecho histórico representa «la necesidad de transformar con responsabilidad».
FE, RESPONSABILIDAD
Y VALORES
Durante el encuentro en Bella Vista, Cassani hizo hincapié en el valor de la fe como recurso moral y emocional en tiempos de incertidumbre. «La fe en Dios proporciona un marco moral que permite entender y ejercer la libertad con responsabilidad», señaló.
El proyecto se presenta así como una herramienta para acompañar a jóvenes que enfrentan problemáticas complejas. Se articula con otras políticas educativas y busca enriquecer el entorno escolar con un enfoque plural y solidario.