Alberto Ruskolekier, analista internacional, explicó en diálogo con Canal E cómo se desencadenó una nueva crisis en Siria y por qué Israel decidió bombardear objetivos militares en ese país.
Siria: conflicto religioso, intervención extranjera y el rol de los drusos
“La situación en Siria está terriblemente compleja”, advirtió el entrevistado quien explicó que tras la caída del régimen de los Assad, el país se partió entre facciones religiosas enfrentadas. “El clan al-Assad era alauita, un desprendimiento del chiísmo, mientras que al-Jolani, el nuevo líder, es sunita y excomandante de al-Nusra y del Estado Islámico”, detalló.
La llegada de al-Jolani al poder en 2024, con apoyo de Turquía, no trajo estabilidad. Por el contrario, “en marzo de 2025 atacó a los chiítas y también a los drusos en la provincia de Sueida”, explicó el analista. Los drusos son una minoría religiosa de unos 700.000 miembros en Siria, con creencias sincréticas que mezclan elementos del islam, el cristianismo y la filosofía griega. “Los islamistas los odian a rajatabla”, remarcó.
El ataque no fue solo del ejército sirio, sino también de “beduinos sunitas aliados a al-Jolani, muchos con pasado en el Estado Islámico”, dijo. En ese contexto, se produjo la intervención de Israel.
Por qué Israel decidió bombardear Siria
“Israel atacó un depósito de armas del ejército sirio para evitar que se usaran contra los drusos”, confirmó Ruskolekier. La razón no es solo humanitaria. “En Israel viven 160.000 drusos, son ciudadanos israelíes que cumplen funciones públicas y militares”, subrayó. Por eso, “los propios drusos israelíes le exigieron al gobierno que intervenga para proteger a sus hermanos en Siria”.
La acción israelí tiene además un componente geoestratégico: “Israel necesita seguridad en el norte, donde viven la mayoría de los drusos y donde Siria representa una amenaza constante”. Según Ruskolekier, esta intervención también busca frenar a Irán.
“Al-Jolani actúa como una barrera para evitar que Irán trafique armas hacia Líbano y refuerce a Hezbollah”, apuntó.
Mientras tanto, Europa sigue de cerca la situación general en Medio Oriente, pero también tiene sus propias preocupaciones. “El principal problema para Europa hoy no es Siria, sino Rusia”, afirmó desde el este europeo. “La OTAN pidió elevar el presupuesto de defensa del 2% al 5% del PBI, y Alemania ya reconoció que Rusia es la mayor amenaza para el continente”, agregó.
“La guerra en Ucrania no podría sostenerse sin el apoyo financiero y militar de Europa y Estados Unidos”, concluyó Ruskolekier, quien no descartó futuros ataques preventivos por parte de Occidente ante amenazas emergentes.