20/07/2025 20:18hs.
Fue un bombazo. Talleres le dio un duro golpe a Independiente. Y no sólo por el resultado final. Sino también porque l dejó expuesto. Porque desnudó problemas defensivos que el Rojo ya había mostrado en la primera fecha ante Sarmiento (2-2). Porque lo desnudó como un equipo frágil, endeble, vulnerable cuando lo atacan. La T, con orden, rigor táctico y una gran dosis de sacrificio, dio el golpe en Avellaneda y ganó un partido crucial en su lucha por la permanencia en Primera.
Foto Marcelo Carroll
El primer tiempo se jugó como quiso Talleres. El equipo de Tevez impuso condiciones y no precisó administrar la pelota para ser superior. El plan de la visita fue sacar rédito del mal retroceso que mostró el dueño de casa por las bandas. Los laterales, Navarro y Schott, se proyectaron y explotaron las espaldas de Loyola y Cabral, volantes más aptos para construir que para marcar, y atacaron directo a los marcadores de punta del Rojo, Godoy y De Irastorza. El conjunto de Avellaneda nunca se sintió cómodo contra un rival que hizo ancha la cancha y que además tuvo transiciones rápidas de defensa a ataque. Los cordobeses crecieron con el correr de los minutos y justificaron la ventaja que consiguieron con un gol de Schott luego de una buena jugada de elaboración colectiva de la que participaron Hernández, Navarro y Botta. Una acción en la que falló Montiel, el extremo, por no seguir al lateral que quedó libre en posición favorable para rematar.
Foto Marcelo Carroll
A Independiente le costó generar profundidad en esos primeros 45’. La primera chance clara que generó fue recién a los 41’, con un centro de Montiel que derivó en un cabezazo de Loyola al travesaño.
Los dirigidos por Vaccari reaccionaron en el complemento. El Rojo, que en la primera etapa había sido un equipo lento y muy previsible, mostró otro nivel de determinación y le imprimió más ritmo al encuentro. Y creció a partir de la mayor participación de Loyola y Cabral. Un discontinuo Mazzantti y, principalmente Montiel, fueron un poco más incisivos y, con otro nivel de ambición, el local comenzó a acorralar a la T hasta llegar al empate a través de un centro de Montiel que capitalizó el zaguero Freire, quien le ganó de arriba al central Rodríguez.
Foto Marcelo Carroll
Con el duelo igualado, Independiente se soltó, se adueñó del partido y fue más agresivo para atacar. Y Talleres, que le había rendido culto al orden en el arranque del encuentro, comenzó a resquebrajarse y a mostrar grietas. Ávalos y Montiel tuvieron situaciones claras, pero chocaron con los guantes del arquero Herrera. Sin embargo, así como empezó a ser más peligroso en ataque, el Rojo también fue un peligro en la faz defensiva y nunca logró resolver sus desacoples. El precio que pagó por su falta de solidez, un déficit que ya se había visto ante Sarmiento, fue muy alto. Porque tras una recuperación de Ortegoza, quien le robó la pelota a Galdames, Depietri armó una gran jugada, limpió a Loyola y Lomónaco y definió bárbaro para silenciar la cancha.
Foto Marcelo Carroll
La última derrota del Rojo en los 90’ en su cancha había sido justo ante Talleres en mayo de 2024, cuando Tevez dirigía a Independiente, que perdió por 3-1. Los de Avellaneda, que apenas sumaron un punto de seis en el arranque del Clausura, por ahora no dieron la talla. Háganse Carlos…