El presidente Javier Milei esbozó una ferviente defensa del proyecto de reforma laboral, apostando por la regionalización de los convenios.
«El principio de prelación regional establece una jerarquía en la aplicación de convenios: el acuerdo más pequeño tiene prioridad sobre el más grande. Esto significa que un acuerdo de empresa primaría sobre uno municipal, uno municipal sobre uno provincial, uno provincial sobre uno regional, y finalmente, un acuerdo regional sobre uno nacional» expresó el mandatario.
«La necesidad de esta flexibilidad no es teórica. Un estudio de la Universidad de San Andrés, realizado por alumnos de macroavanzada del Dr. Sturenegger, evidencia que la productividad en la zona pampeana es consistentemente 20% más alta que la observada en el Noroeste.
El problema estructural reside en la fijación de condiciones laborales uniformes. Si los salarios y condiciones se establecen tomando como referencia la productividad de la zona pampeana, el resultado inevitable es la destrucción de puestos de trabajo en la región del Noroeste» aseveró.
Sin embargo, la fuente de la solución radica en la regionalización de los acuerdos. Según las proyecciones, si se permitiera que estos acuerdos laborales se concretaran de forma regional, el empleo en el Noroeste subiría un significativo 17%.
«Esta ganancia en productividad y empleo no solo beneficia a los trabajadores, sino que ofrece un respiro fiscal crucial a las provincias. Actualmente, muchos gobernadores se ven obligados a tomar empleados públicos, funcionando esta práctica como una especie de seguro de desempleo permanente» aseveró.
«La reforma, al impulsar la creación de empleo privado genuino, liberaría recursos que hoy se destinan a sostener estas nóminas. Los fondos liberados podrían ser reasignados a fines vitales para el desarrollo provincial: ya sea para bajar impuestos o para acometer las obras públicas que se postergan. Esto permitiría a los gobiernos provinciales concentrarse en sus obligaciones primarias: la gestión de la educación, la seguridad y la salud» puntualizó.
ACOMODAMIENTO
«Permitir que los salarios se ajusten a la productividad zonal no solo impulsaría el empleo, sino que elevaría la productividad general de las provincias. El efecto, según se argumenta, sería de «todo ganancia». Más allá del impacto regional, la ley se presenta como indispensable para corregir la alta informalidad laboral, que actualmente afecta a cerca del 50% del mercado. La flexibilidad laboral es vista como el camino para que la gente encuentre empleo rápidamente» enfatizó.
En el panorama macroeconómico, se espera una reasignación de recursos masiva. Ante un proyectado «aluvión de divisas» en el sector transable, la moneda se apreciaría, canalizando recursos hacia el sector no transable o de servicios. Este sector (como restaurantes o espectáculos), al ser más intensivo en trabajo, se expandirá considerablemente, permitiendo pagar salarios mucho más altos.
Finalmente, respecto a la pérdida de derechos, la defensa de la reforma, Milei fue contundente: «Quienes ya tienen derechos adquiridos (los insiders) mantienen la potestad de seguir bajo su contrato actual, por lo que nadie pierde derechos. En cambio, aquellos que hoy se encuentran en la informalidad laboral, que no tienen ningún derecho, sí los adquirirán.
La flexibilización y la regionalización de los acuerdos laborales aparecen, así, no como una amenaza, sino como la principal herramienta para corregir las deficiencias históricas del mercado de trabajo argentino, empezando por las economías regionales más rezagadas, como la del Noroeste».
