El Diputado Nacional y dirigente de la CGT aseguró que el objetivo del gobierno es «fragmentar a los sindicatos para imponer la flexibilización»
29/11/2025 – 21:04hs
El diputado nacional y dirigente de la CGT, Mario Manrique, ha lanzado una fuerte advertencia contra el plan de reforma laboral impulsado por el Gobierno, asegurando que su verdadero objetivo no es la modernización ni la creación de empleo, sino la «fragmentación de los sindicatos para imponer la flexibilización». Manrique denunció que la discusión oficial parte de un «relato» que ignora las lecciones históricas, recordando que las reformas laborales aplicadas en los ’90 y 2001 solo resultaron en la destrucción del aparato productivo.
El dirigente sindical fue categórico al afirmar que la clave para la generación de puestos de trabajo no reside en desarmar derechos laborales. «Si queremos crear empleo, no tenemos que reformar leyes laborales. Tenemos que revitalizar la economía, reactivar el consumo y fortalecer el mercado interno. Ningún empresario va a tomar personal que no necesita, aunque ese trabajador fuera gratis», sostuvo Manrique en una entrevista con Splendid AM 990.
Esta crítica se dirige al modelo económico vigente, que Manrique define como «financiero, ni siquiera productivo» y que está llevando a un esquema de desindustrialización. La situación actual, según el diputado, se traduce en cifras alarmantes: «Se cierran 30 fábricas por día, hay más de 250 mil despedidos registrados desde que asumió Milei. Con esta lógica, no va a haber más trabajo«. La preocupación se extiende a sectores clave, como el automotriz, que ya perdió entre 3.500 y 4.000 empleos este año, operando sus plantas a menos del 50% de su capacidad.
Manrique apuntó al verdadero propósito detrás de la insistencia gubernamental en la reforma, que va más allá de la normativa y se centra en el poder de negociación. Recordó las palabras de Federico Sturzenegger, uno de los promotores de la desregulación: «Cuando se rompe la relación de fuerza entre el trabajador y el empresario, siempre se impone la voluntad del empresario». Para el dirigente de la CGT, la reforma busca desarticular la capacidad de negociación colectiva para favorecer exclusivamente el esquema empresario.
El dirigente cuestionó la lógica que intenta justificar la flexibilización como motor de empleo. Afirmó que si se le pregunta a cualquier funcionario qué motor económico se activará con esta reforma para que el empresariado empiece a tomar gente, «no lo pueden contestar porque no es verdad». Además, recordó que en el pasado se perdonaron deudas a empresarios para que blanquearan trabajadores, y «no blanquearon a nadie», demostrando la falta de correlación entre los beneficios empresariales y la creación de empleo registrado.
Críticas a la «casta empresaria» y el rol de la CGT
El diputado también cargó contra lo que denominó la «casta empresaria», acusándola de adoptar una doble moral. Señaló que estas cámaras participan en mesas de discusión como el Consejo del Salario proponiendo «aumentos miserables», pero luego se quejan de las consecuencias de la política aperturista del Gobierno, como el ingreso de importaciones.
Manrique mencionó ejemplos concretos de esta contradicción: «Mirá a la UIA, CAME, la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa… Se quejan por las importaciones. Hasta Mercado Libre pide regulaciones ahora. Roca protesta por la ropa importada. Batimos el parche en un lado y ponemos los huevos en otro», graficó.
En cuanto al rol del movimiento obrero, el dirigente aseguró que la etapa de las declaraciones terminó y que la central obrera debe asumir un papel más activo y contundente frente al plan gubernamental. Propuso que la CGT debería retirarse de espacios de diálogo como el «Consejo de Mayo» si el Gobierno insiste con sus ideas.
«La CGT debería dejar de ir al Consejo de Mayo. Ya participó, ya dijo que no. Si el Gobierno insiste con estas ideas, hay que retirarse y poner los puntos sobre las íes», planteó.
Finalmente, el diputado adelantó que su sector trabaja en una propuesta alternativa de «modernización laboral» que ingresará como dictamen de minoría. Sin embargo, advirtió que ninguna estrategia será suficiente sin la movilización social. «Cuando el Gobierno no entra en razón, no escucha o escuchar da lo mismo, lo único que nos queda es la calle. La política y la movilización tienen que conjugarse con inteligencia para frenar reformas que solo van a romper el tejido social y agrandar la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen», concluyó.